Nada más natural que servir a otros. Es un principio básico de cómo funciona el mundo natural. Cuando observamos la naturaleza nos percatamos que esta siempre nos regala algo. Los árboles nos dan su sombra, oxígeno y frutos. Los cuerpos de agua nos ofrecen el valioso líquido. Las plantas nos regalan belleza, semillas y alimento. El suelo nos da materiales para construir y plantar. El Sol, nos da la energía y la luz. Toda la creación es una constante melodía de regalos a los seres vivos.
Hay una sensación hermosa de paz y bienestar cuando ayudamos a otras personas. O a otros seres vivos, ya sean animales o plantes. Sentimos que somos parte de algo más grande que nosotros mismos, que apoyamos el bien común. Esa solidaridad con las buenas causas nos hermana, nos da propósito y nos bendice a todos.
Hay un refrán popular que dice que quien no vive para servir, no sirve para vivir. Tiene gran sabiduría pero debemos recordar que los seres humanos están en proceso de crecer y ser mejores. Cada cual ayuda según su capacidad le permite. Y algunos, no han descubierto aún, la maravillosa satisfacción de dar.
Ojalá que todos aprendamos que hacer felices a otros es tan hermoso como hacerse feliz uno mismo. O quizás es mucho, mucho más.