En esta vida moderna y tan tecnológica, estamos constantemente bombardeados por información. Desde las canciones de la radio, las redes sociales, la Internet, la televisión, los anuncios en las calles…por doquier hay información que nuestro cerebro percibe. Sin embargo, ¿cuánta de esa información es positiva para nosotros?
Recientemente escuché a un famoso predicador diciendo que él no era un zafacón para que le tiraran basura. Se negaba a ver, leer o escuchar, cosas que no eran edificantes para su espíritu.
No es lógico pensar que podemos recibir esa gran cantidad de información negativa y no vamos a ser afectados de alguna manera. Si vemos al cerebro como una computadora, es razonable pensar que si lo alimentamos con información chatarra, poco a poco, nos acostumbraremos a funcionar en ese nivel. Por el contrario, si llenamos nuestra mente de cosas positivas, nuestra vida se transformará en forma constructiva.
Prestemos atención a lo que nos lanzan los medios. Si carece de valor, recordemos las palabras del predicador: no somos zafacones! Pensemos en todo lo bueno y lo bueno vendrá a nuestras vidas.