Todos pasamos momentos donde parece que todo es oscuro…nada funciona como queremos. Aparecen dificultades, se cometen errores…son momentos que abruman y hasta a veces hacen temblar la fe.

Estos momentos difíciles son una parte ineludible de la vida y cumplen un propósito definido. Muchas veces no lo entendemos y tienen que pasar años para comprender la lección envuelta. Nos hace bien mirar al cielo y comprender que no hay oscuridad más profunda que la del firmamento…y sin embargo ¡que hermosas brillan las estrellas en él! Seamos luz en todo tiempo, perseveremos aunque las fuerzas sean pocas, y brillaremos como las estrellas en el cielo.

Habitamos un mundo hermoso que nos sorprende cuando menos lo esperamos. El arcoiris que solo aparece cuando la lluvia y el sol se ponen de acuerdo, símbolo de la alianza de Dios con su pueblo, nos recuerda que detrás de las tormentas hay bendiciones de mil colores.