Muchas veces no nos percatamos de que cada día de vida que se nos regala, está lleno de bendiciones. Desde la alegría de poder abrir los ojos a un nuevo día, hasta la capacidad de poder percibir una naturaleza hermosa, recibimos cada mañana una lluvia de bendiciones maravillosas. ¡Que pena que los afanes de la vida nos impidan darnos cuenta! Empezar el día agradeciendo todo lo bueno es la mejor manera de darnos cuenta lo afortunados que somos.